Silva Gómez: “La gente nos entiende mejor a través del teatro”

Silva Gómez: “La gente nos entiende mejor a través del teatro”

(Redacció SCI-Cat) Venus Albeiro Silva Gómez és diputat al parlament Nacional de Colombia per “Opción Siete”, director teatral i artístic i director de la fundació cultural Chiminigagua, dedicada al treball cultural i social a Bosa, Sud de Bogotá. El passat març va estar a Catalunya i va fer de ponent a una conferència al CERC sobre “La cultura com a dinamitzadora de zones rurals deprimides”, organitzada per l’Associació de Professionals de la gestió cultural de Catalunya.

– ¿Qué significa Chiminigagua?
Es el Dios de la creación de los miscas, indígenas que habitaban en un altiplano de Bogotá. Según los mitos indígenas, realizó todo el esparcimiento de los indígenas, los dotó de habilidades culturales, actividades artísticas, religiones, etc. Por eso la entidad tomo el nombre hace unos 22 años.

– ¿Utilizáis el teatro como vía de dignificación de vuestras raíces?
Si, por eso decimos que refleja la cultura popular: es idiosincrasia, historia, memoria y también todo aquello que hace la gente paulatinamente, por eso no es de la élite. Nuestro trabajo es desde el teatro y desde el sentir de la gente. En los últimos años nos hemos centrado en recuperar la memoria indígena en las culturas ancestrales y tratar de explicar a la gente como se desarrollaron estas sociedades y todas sus sabidurías.

En estos momentos la entidad está representando una obra que representa el momento en que llegaron los españoles colonizadores de más bajo perfil, masacraron, y quitaron el oro a los indígenas que no estaban unidos en Colombia. Es una metáfora para explicar lo que está pasando con el Tratado Libre Comercio y Norte América y para hacer entender que si los diferentes pueblos no estamos unidos los que tienen el poder nos vencerán


– ¿Qué resultados se están consiguiendo?
En la
escuela ya no enseñan historia sobre los indígenas, por tanto es
importante trabajar en ello. Por otra parte, ahora se está
desarrollando en Latinoamérica la conciencia y la soberanía de las
culturas indígenas y empieza a tener resultado, concretamente destacan
el movimiento por reivindicar la identidad en Bolivia, o la lucha por
el maíz como elemento ancestral en México. Poco a poco ha surgido un
movimiento de desarrollo ancestral de las comunidades indígenas.

– ¿Por qué teatro en la calle?
Porqué
hace 20 años en Colombia no había locales ni espacios cerrados, el
teatro cerrado era para las élites. La gente no podía permitirse pagar
por ir al teatro porque antes tenía otras necesidades, incluso por su
nivel educativo no tenía acceso. El teatro de calle nos permitió
empezar a movilizar a la sociedad y organizar procesos sociales.
Haciendo estos espectáculos la gente se quedaba a verlo, no se
marchaba, así nos dimos cuenta que el teatro mueve multitudes.

– ¿Qué opinión tiene sobre el teatro del oprimido?
Creo
que es una buena forma de trabajar con el teatro, Augusto Boal trabajó
mucho en Brasil, el lo implementó en algunos municipios y le fue muy
bien. Las teorías que desarrolló también fueron muy exitosas.

"La cultura desarrolla la identidad y la política la reafirma "

– ¿ Cultura y política pueden ir unidos?
Si,
a veces es difícil entenderlo pero creo que desde siempre han estado
unidos. Pero hay una diferencia entre como los políticos utilizan la
cultura para hacer demagogia o como los culturales utilizan la política
en beneficio propio. Pero la política es una herramienta de la cultura
y al revés también, la cultura permite conseguir desarrollos sociales.
Las manifestaciones cuturales permiten desarrollar la política y son
las que han permitidos verdaderos cambios en los Estados, la cultura
desarrolla la identidad y la política la reafirma.

– ¿Cómo se puede vehicular a través del teatro?
Permite
desarrollar la política y conciliar procesos democráticos. Lo ha sido
des de siempre, los textos de William Shakespeare tienen relación con
el poder y reflejan lo que pasa en las cortes isabelinas. Bertold
Brecht hace todo un manifiesto político a través del teatro, y ya en la
2a Guerra Mundial, entre 1920-1930, insta a todos los creadores a que
participen. Más recientemente, encontramos a Lorca, en el Franquismo,
dice que si el teatro no sirve para organizar a la base social,
realmente no sirve como auténtica herramienta política. Pues el teatro
debe organizar a las comunidades para conseguir las libertades
individuales y colectivas.

Nosotros a partir de la lectura del
texto del “Analfabeto” de Brecht nos dimos cuenta que la gente podía
entender mejor nuestro mensaje a través del discurso antagónico del
teatro (imágenes, música, etc.) que de forma teórica.

– ¿En qué fase se encuentra la ley sobre el teatro?
Está
ya para sanción presidencial, está en la última parte ya, se ha
desarrollado todo el proceso en el Congreso, sólo falta que el
presidente la firme. Como ha sido un proyecto de ley de la oposición,
de la izquierda, un proyecto social, se ha demorado bastante. La Corte
le ha dicho al presidente que tiene un determinado tiempo para que lo
sancionen. Esto es lo que hay, un proyecto que generaría unos efectos
muy positivos para las artes escénicas del país.

“En mi país estoy amenazado por hacer política”

– ¿A grandes rasgos, qué contenidos tiene la ley?
A
grandes rasgos supone el reconocimiento por ley de las artes escénicas,
reglamentar todos los espacios y las artes escénicas de tal manera que
el Estado tenga que apoyar el sector de forma económica. Así mismo,
elaborar un programa que incluya todas las salas que existen en el
país, crear un Festival de teatro que se celebre cada dos años y una
red de teatro que incluya los diferentes géneros (títeres, teatro
infantil, de calle, de sala, etc.) y finalmente crear el Fondo Nacional
de las artes escénicas y artísticas que financiaran toda la actividad
artística y escénica del país.

– ¿Se ha ganado enemigos políticos en su país?
Si,
cuando empezamos hace ocho años con este proceso político hubo muchos
conflictos porque había quien defensaba la postura que era incorrecto
que los representantes del teatro participaran de procesos electorales
y democráticos, porque pensaban que la cultura y el arte no tenían nada
que ver con la política, porque los culturales se podían manchar.
Incluso había políticos que pensaban al revés, que los culturales
manchaban la política. Esta discusión sigue estando.

Por otra
parte, en mi país estoy amenazado por hacer política. Estar en el
Congreso en la oposición supone estar amenazado constantemente en un
país donde la violencia, los paramilitares, el narcotráfico y unos
gobiernos de ultraderecha, son los que dicen lo que se hace y lo que no.